miércoles, 22 de enero de 2014

Lo que de verdad importa

Los seres humanos en general y algunas personas en particular, creen pasar por aquí con más pena que gloria, con mayor incomparecencia que notoriedad. Creen que su camino es tan sumamente pequeño, que la historia apenas les recordará, no aparecerán en ningún libro, salvo en el registro pertinente, si al padre de turno no se le olvida claro. Creen ellos, vosotros y nosotros que sólo tienen cabida en esos anales algunos afortunados victoriosos en su paso por aquí, y quizá también otros que supieron arrimarse a un buen arbusto o quién sabe, a lo mejor, y sólo a lo mejor, supieron arrodillarse ante el mejor tronco.

Una vez más, estamos equivocados. Mucho me temo que esta cuestión se invierte con el paso de las manillas del reloj de pared que algunos acostumbramos a llevar en la muñeca. Es muy probable, ciertamente probable que mañana no hablemos de eminencias sociales ni de desechos televisivos.

Nunca pensé que esta vida, que mi recorrido por este camino llamado Mundo sería tan significativo como lo está siendo. Es realmente inimaginable e impensable lo que un solo ser humano es capaz de hacer a lo largo de su ínfimo paso por aquí. Y es que si realmente piensan en todo lo que han llegado a hacer o todo lo que les queda, eso espero para algunos, es altamente increíble.

Dice la revista Forbes que hay 7200 millones en el mundo, pero sólo importan 72. Esto es, y veáse aquí mis estudios frente a un colegio de paga, un 0,000001%. Vamos, resumiendo muy mucho, nos importa una mierda el de al lado. Y esto no está bien, está feo señores. No es que tengamos 72 personas cada uno, cualquiera tiene más amigos en la agenda del celular o incluso "amigos" en la red social, es que nos importan 72 en total, y ahí hay que contar con Cristiano, con Messi, con el de Zara, con la querida del francés, con el Papa, con el Dalai Lama y con el Sursuncorda. Insisto, esto no está bien.

Y es que en esta aventura en la que nos aventuramos, debemos intentar arreglar esto, y esto no pasa por querer a los que sí están de paso en nuestras vidas, esto pasa por querer a toda nuestra vida. Le damos más importancia a los 72, que a los 3 que tenemos en nuestra chepa. Volvamos al inicio de esto, tenemos que hacer de nuestro paso por aquí algo bonito, algo humano (¡joder que palabra!), algo que no quede reflejado en ningún sitio y a la vez en todos. Esforcémonos por no ser uno de los 72, intentemos no crearnos una eminencia social y olvidémonos de los desechos televisivos que una vez pasaron pero que nunca más volvieron.

Decía una gloriosa frase cinematográfica: "Lo que hacemos en la vida, tiene su eco en la eternidad". No pensemos que nuestro paso, nuestra vida es una más entre 7200 millones, pensemos que es la única de entre todos esos millones de personas, humanas, claro.

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